Bien, por fin me he leído este libro. Vi la serie cuando la estrenaron el año pasado y me gustó mucho. Es la historia de una adolescente que se suicida, contada por ella misma en unas cintas de cassette que envía a los protagonistas de las historias.
Es decir, que hay varias razones o situaciones que la inducen a acabar con su vida, pero antes de hacerlo decide contarlo todo y graba unas cintas de cassette. Cada cara cuenta una historia protagonizada por una persona y todas las personas que salen en las cintas las reciben para escucharlas cuando ella ya ha muerto.
Es bastante tétrico y además para las personas que no hicieron nada «fuerte» tiene que ser muy agobiante, saber que has hecho algo, seguramente sin querer, que ha tenido tanta repercusión en la vida de otra persona. Ya lo dije en la entrada de la serie, pero es curioso pensar como nuestras acciones por pequeñas que sean pueden afectar tanto a otras personas.
He visto la serie antes que leer el libro y claro, cada vez que Hannah habla de alguien intentaba acordarme del actor. Aun así hay algunos personajes a los que no he conseguido ponerles cara.
Y sí, claro que cambia de una cosa a otra. Clay escucha las cintas en una noche. (Su madre debe pasarlo fatal porque cada vez que le pregunta si va a venir a dormir a casa le da largas), los padres de Hannah tienen una zapatería, no tenemos la cicatriz de Clay para saber si es el pasado o el presente…
En realidad, al escuchar todo en una noche, no se dan las relaciones con los demás protagonistas de las cintas que se dan en la serie. Eso sí, desasosiego sí que da.
Bueno, es un libro cortito que puedes leerte en una tarde (o dos) y yo he tardado una semana. A lo mejor es porque al ya conocer la historia y las implicaciones de la gente, no tenía tantísimo interés por saber en qué cinta sale Clay.
Los calcetines no tienen glamour 
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