Otro de los libros y autores que lo están partiendo este año es sin duda, Albert Espinosa y toooooooooooooodos sus libros. (Y sus series, y sus películas) Y es que cuando uno se pone de moda, se pone de moda y punto.
En realidad no tenía pensado leérmelo, no es que no me gustara Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo, pero no sé, no me llamaba mucho la atención. Igual es por el título. Igual es por la profundidad que le quiere dejar a todas las frases del libro, no sé. Pero es que a veces me recuerda a un hombre que conocí una vez, que me hablaba como si todas las frases que decía fueran perfectas para un epitafio. Aunque estuviera hablando de un calendario (almanaque, que es más fino) de restaurantes, o de un día que iba en el coche con su señora.
El estilo es muy parecido al anterior (todo lo que podríamos bla bla bla), capítulos cortos, títulos extraños para los capítulos, libro de 100 paginitas que lees en una tarde, el protagonista como narrador, que va para delante y para detrás en la historia de su vida mientras transcurre otra historia.
En este caso la historia que transcurre mientras el prota nos cuenta su vida es la siguiente: Dani es un buscador de niños, será un detective privado especializado en niños a los que secuestran o se van de casa, porque policía no es. Empieza el libro discutiendo por su novia, no sabemos por qué hasta bien entrado el libro, y en ese momento recibe una llamada de un padre desesperado porque su hijo ha desaparecido en Capri y Dani decide ir a ayudarlo. Ya es casualidad que uno de los momentos importantes de la vida de Dani transcurrieran justamente en Capri, y no en Ibiza, que nos queda más cerca. Pero cada uno tiene sus cosas.
En realidad la historia del niño desaparecido tiene bien poco de importante aquí, no sé si llega a ser el hilo conductor, yo creo que no, para que Dani nos cuente como conoció al Señor Martín, un señor que le enseñó mucho en la vida a pesar de compartir solamente un par de días con él, y a George, otro señor que conoció en Capri que también le enseñó cosas muy profundas cuando era niño.
El libro nos quiere explicar que si somos infelices es porque queremos, nos complicamos la vida porque queremos también, pero es que todos no tenemos un Señor Martín o un George que nos hable como si todas las frases pudieran ser epitafios.
Conclusión: Psché. Ni me ha disgustado ni es el libro de mi vida, como he dicho, me gustó más el anterior y estoy segura de que me gustará más El mundo amarillo. Un día de estos me tengo que hacer el ánimo y comprármelo, así sin más.
¿Os recomiendo la lectura? Bueno, mucho tiempo no quita, así que sí, porque puede ser que os abra los ojos y de repente empecéis a ver el mundo de otra forma, lo que pasa es que yo estoy poco profunda últimamente y no le he sabido sacar todo el jugo que se merece.
Los calcetines no tienen glamour 